Sermón de la instalación del Primer Congreso Nacional

17 05 2009

Esta augusta ceremonia, en que la alta representación del estado da principio a sus sesiones por la invocación del padre de las luces, es una manifestación solemne del íntimo convencimiento en que está la nación chilena de que su conducta en las actuales circunstancias, y que ha seguido desde la lamentable desgracia del Rey, es conforme a la doctrina de la religión católica y a la equidad natural, de que manan los eternos e inalienables derechos con que ennobleció a todos los pueblos del mundo el soberano autor de la naturaleza. Este es un homenaje que una nación noble, firme y circunspecta rinde a la justicia y amabilidad de la religión. Jamás esta hija luminosa de los cielos aprobó el despotismo ni bendijo las cadenas de la servidumbre. Jamás se declaró contra la libertad de las naciones, si no es que tomemos los abusos por principios. Elevada como un juez integérrimo e inflexible sobre los imperios y las repúblicas, miró con igual complacencia estas dos formas de gobierno. Colocada entre las supremas magistraturas y sus súbditos, reprimió el abuso del poder y la licencia de los pueblos; y de aquí es que en las crisis peligrosas de los estados fue el ultimo recurso del orden público en medio de la impotencia de las leyes.

La religión considera a los gobiernos como ya establecidos, y nos exhorta a su obediencia. Pero los gobiernos, como todas las cosas humanas, están sujetos a vicisitudes. Semejantes a los cuerpos físicos, las naciones enteras, estos individuos de la gran sociedad del mundo, experimentan crisis, delirios, convulsiones, revoluciones, mudanzas en su forma. Los estados nacen, se aumentan y perecen. Cede la metrópoli a la fuerza irresistible de un conquistador; las provincias distantes escapan del yugo por su situación local. ¿Qué deben hacer en tales circunstancias? ¿Esperarán tranquilas ser envueltas en el infortunio de su metrópoli? ¿O ser presa inerme y despreciable del primer invasor, o se expondrán a sufrir los horrores de la anarquía y caer, en fin, debilitadas por la discordia bajo la desventurada suerte de un gobierno colonial? La revolución y la razón, estas dos luces que emanan del seno de la divinidad, ¿no ofrecen algún remedio para evitar tanto desastre? Sí: las naciones tienen recursos en sí mismas; pueden salvarse por la sabiduría y la prudencia. Sanabiles fecit nationes orbis terrarum. No hay en ellas un principio necesario de disolución y de exterminio. Non est in illis medicamentum exterminii. Ni es la voluntad de Dios que la imagen del infierno, del despotismo, la violencia y el desorden se establezcan sobre la tierra. Non est inferorum regnum in terra. Existe una justicia inmutable e inmortal, anterior a todos los imperios: Justitia perpetua est, et inmortalis; y los oráculos de esta justicia, promulgados por la razón y escritos en los corazones humanos, nos revisten de derechos eternos. Estos derechos son principalmente la facultad de defender y sostener la libertad de nuestra nación, la permanencia de la religión de nuestros padres y las propiedades y el honor de las familias.

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El diputado O’Higgins

22 01 2009

Ocurrieron luego en Santiago -y sus ecos llegaron al Biobío- hechos cruciales. Murió el gobernador Luis de Guzmán, sucediéndolo el brigadier Francisco Antonio García Carrasco (1808). Renunció Carrasco tras diversos conflictos, especialmente con el cabildo capitalino. Fue sustituído por Mateo de Toro, conde de la Conquista, y éste por una Junta de Gobierno que él mismo presidía (1810). Vocal del organismo: Martínez de Rozas. La Junta declaró ser fiel al Trono y a su titular prisionero, Fernando VII, pero los monárquicos la calificaban de paso disimulado hacia la independencia. Convocó un «congreso de diputados»… el Primer Congreso Nacional. Lee el resto de esta entrada »





Disolución del Congreso Nacional según José Miguel Carrera

12 12 2008

El 2 de diciembre de 1811, cité los cuerpos de caballería a revista de inspección, y, formándolos en la plaza junto con la tropa veterana y parte del pueblo, se pidió que cesasen las sesiones del Congreso, ce­diéndole al Ejecutivo todos los poderes. Mostraron alguna repugnancia, pero al fin pasaron por todo y se retiraron a descansar a sus casas, algunos a sus haciendas, a ninguno se le hizo la menor extorsión. Los diputados de Concepción fueron detenidos hasta segunda orden, por sospechas que teníamos de aquella provincia, que había aumentado su odio por los continuos reclamos de las facciones de la capital. Lee el resto de esta entrada »





Cuadro: Primer Congreso Nacional de Chile

24 11 2008

Primer Congreso Nacional de Chile

Primer Congreso Nacional de Chile, cuadro de Nicanor González Méndez pintado en 1903.